Los códigos QR pueden incluirse
en todos tipo de soportes, tanto tradicionales como en los medios sociales.
Podemos indicar a través de un QR
el precio y las características de un producto, incluir cupones descuento,
promociones específicas que estemos realizando, regalar a nuestros consumidores
camisetas con nuestro código QR y evaluar la cantidad de personas que han
entrado en nuestra web gracias a esta
acción.
En los códigos también se pueden
incluir vídeos, recurso muy útil para mostrar el piso que queremos vender,
emitir un mensaje de bienvenida a los consumidores o, ¿por qué no?, felicitar
la Navidad a nuestros clientes.
Si tenemos un restaurante,
podemos incluir un código en la carta de la puerta del establecimiento, para
que quien nos visite pueda realizar su reserva, ver cómo hemos elaborado un
determinado plato, cómo montamos nuestras mesas, cómo se decora el local,
recomendar un determinado vino para un plato concreto o añadir un juego para
que los más pequeños estén entretenidos mientras llega los platos o sus padres
disfrutan de la comida.
Pero también podemos emitir
códigos QR para enviar a nuestros clientes. Renfe ya los utiliza cuando hacemos
una compra de billetes por Internet, Iberia para sus tarjetas de embarque y las
empresas que organizan eventos cuando un usuario se registra en el mismo,
enviando a este un código de acceso al recinto.
Gracias a la experiencia que un
día nos mostró Tesco (cadena de supermercados), en Barcelona han tomado ejemplo
y se acaba de poner en marcha una acción muy interesante: en el metro se han
montado unos paneles a modo de tienda donde se muestran numerosos productos con
un código QR. En el tiempo de espera,
los usuarios pueden comprar el producto simplemente utilizando su smartphone.
Aunque los códigos QR que se
están empleando hasta ahora son muy semejantes en su diseño, se puede realizar
casi cualquier imagen que represente a nuestra compañía, solo hay que poner
imaginación para seguir evolucionando.